Pues bien, esos rumanos de los que acabo de hablar, principalmente rumanas bastante gordas que veía por las calles de mi ciudad pidiendo en chándal, no estaban por ninguna parte en las ciudades rumanas que visité y he de decir que aquellos a los que yo consideraba rumanos y extrapolaba al resto de la población rumana no son otra cosa que romis, o como se conoce a los gitanos rumanos (cuya lengua es curiosamente diferente al rumano) y nada que ver con los rumanos “payos” (por hacer la distinción).
La primera ciudad que conocí fue la ciudad estudiantil de Cluj Napoca, donde estaba mi novia de erasmus. Una ciudad llena de estudiantes y por tanto diversión nocturna garantizada. Como era pascua, en la plaza central o Plaza Uniri tenía unas figuras grandes de conejos y de huevos de Pascua.
Después de conocer un poco la ciudad, decidimos pasar el fin de semana en la capital de otro país que está situada a siete horas en tren de Cluj, esta es la hermosa ciudad de Budapest. A la vuelta de Budapest empezaría el tour alrededor de Rumanía, la primera parada fue la ciudad de Suceava, al noroeste del país.
Al llegar a Suceava buscamos un guía/conductor que nos llevase a varios de los Monasterios bucovinos y como era pascua la tarea de encontrar un guía/conductor fue algo más difícil pero finalmente lo conseguimos.
Esa noche nos dirigimos en tren cama hacia Bucarest capital de Rumanía. Como curiosidad, los taxis tienen los precios puestos en las puertas y estos varían enormemente en unas compañías de taxi a otras, aunque a veces hay taxistas apostados en sitios turísticos que aun teniendo precios bajos en la puerta intentan negociar contigo un precio más alto.
De Bucarest nos dirigimos a la región de Transilvania, en concreto a Brasov, una ciudad pequeña pero bonita y en cuya plaza central se rodó el siguiente video musical. Al llegar a Brasov, contratamos un guía para que nos llevase a ver el “falso” castillo de drácula, en la ciudad de Bran, y luego a ver la fortificación de Rasnov.
El mismo guía, nos dio alojamiento en su casa. La verdad, es que era un tipo bastante extraño ya que decía que durante el día subsistía a base de café con azúcar y así engañaba al cuerpo de pasar hambre, aunque cada uno con lo suyo.
La siguiente ciudad a visitar fue la ciudad de Sibiu.
De ahí nos dirigimos hacia Deva en la cual pasaríamos noche
para al día siguiente visitar otro castillo de formas draculianas en la ciudad de Hunedoara,
y de aquí vuelta otra vez a la ciudad de Cluj para seguir visitandola y visitar tambien sus centros comerciales de las afuera. Para comer tiene al menos un restaurante japones y un indio en los que se come bastante bien.
Debo decir que lo más sorprendente de la ciudad no son sus monumentos, ni sus edificios sino los altos precios de los taxis (seguramente piratas. Por lo que comprar un bono de transporte de 24 o 48 horas es muy recomendable, no sólo por lo que te ahorras sino por las vistas ya que el tranvía hace un recorrido a lo largo del rio.
Aunque pasamos sólo tres días se puede decir que aprovechamos bastante el tiempo y conocimos los puntos más principal de esta ciudad.
Algo que me llamó también la atención fue la cantidad de carteles que anuncian conciertos de grandes estrellas musicales en la ciudad.