Florencia era una de las ciudades que quería conocer después de mi viaje a Roma y así comparar cuál de las dos ciudades es más bella. Algo curioso que no sabía sobre Florencia es que dicen hay una "enfermedad" cuyos síntomas son: un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión e incluso alucinaciones… todo ello producido por su belleza. A esta enfermedad se la denominada síndrome de Stendhal o síndrome de Florencia.
A grandes rasgos el viaje se desarrollo del siguiente modo:
El primer día nos dedicamos a patear la ciudad a fondo, y entre otras cosas compramos las entradas para la academia y para el museo de los Ufizzi. Florencia es una ciudad que en un día largo (proponiéndoselo y si te gusta andar) se puede caminar entera o al menos la parte interesante de la misma. El segundo día seguimos pateando la ciudad y visitamos el palacio de bargello y el palacio vechio situado al lado de la plaza de la signoria.
El tercer día compramos los billetes de autobús para Siena, cuyo centro histórico ha sido declarado por la Unesco como lugar de patrimonio de la humanidad en el año 1995. Y allí visitamos la piazza del campo, una plaza en forma de abanico donde tiene lugar la famosa carrera de caballos (el palio). En la misma plaza subimos a la torre de mangia desde donde se puede ver una vista a ojo de pájaro de la ciudad. Paseamos por los distintos barrios de Siena identificados cada uno de ellos con un animal. Entramos en la catedral de siena. Y compramos panforte(un postre tradicional de siena) y picci(una pasta en forma de spaghetti pero más gorda). Y a última hora del día volvimos en bus a Florencia despues de tumbarnos un buen rato en la piazza del campo.
El cuarto día visitamos el museo antropológico, comimos otro helado en la heladería vivoli (uno de los mejores sabores es el sabor fantasía), visitamos la gran sinagoga, probamos otro helado en vivoli lo que da fe de los ricos que estaban los helados en esa heladería. Esa noche, cenamos en un restaurante japonés el típico barco de sushi y unas brochetas de pollo. Quintó día subimos a la cúpula del duomo, pintada por brunellesqui. En la plaza de la señoría compramos en una famosa tienda unas pastillas de jabón. El sexto día compramos los billetes de tren hacia Pisa, visitamos la basílica de San Lorenzo e hicimos algunas compras como corbatas y pañuelos.
Al día siguiente después de desayunar hicimos unas últimas compras (pañuelos y camisetas) antes de tomar el tren para Pisa. Una vez en pisa fuimos caminando desde la estación de trenes hasta la espectacular Piazza dei Miracolli donde pasamos bastante tiempo admirando la torre de pisa inclinada (campanario de la catedral), el duomo, el baptisterio y el camposanto, además claro está de hacernos las fotos chorras de rigor (sujetando la torre, etc...). Esta plaza fue declarada en 1987 patrimonio de la humanidad por la Unesco. Después de pasar esa noche en pisa el viaje llegaría a su fin.
La respuesta de cuál de las dos ciudades es más bella, si Roma o Florencia no tiene una respuesta fácil, ya que no son comparables. Para mí lo más destacado de Florencia es el David de Miguel Angel, una obra espléndida (de la cual te dicen que no se pueden hacer fotos pero de alguna manera u otra todos hacemos) y que bien vale una visita a esta ciudad. Pero para mi gusto, Roma es mucho más bonita y tiene más que ofrecer que Florencia ya que por ejemplo la galería de los uffizzi no me encanto como sí lo hicieron los museos vaticanos, en definitiva son dos ciudades muy bonitas pero personalmente me inclino por Roma.